domingo, 18 de marzo de 2012

He escuchado al menos unas 5 veces la misma canción y ni siquiera se lo que dice.


 “Nunca nos bañamos dos veces en el mismo río” dijo Heráclito. Lo que un día fue, ya no lo será al siguiente, para bien o para mal. A veces me cuestiono sobre los cambios de las personas que he conocido, y mientras conozco mas detalles de sus vidas actuales, me pregunto si hubiese podido adelantarme y predecir ese cambio, y saber de antemano los pasos que iban a dar... 

Quizás sí, si hubiese puesto más atención a sus vidas, pero quizás la vida quizo que los días tomen ese curso. Incluso pienso que a pesar de mi obsesión por dar pasos firmes cada día, no pongo atención a mis propios pasos. Quizás soy muy inestable para poder fijar un curso bien definido, pero en contrapeso sé, que no todo el curso que planee saldrá tan definido como una copia viva...

Tengo tantos planes, tantos deseos, tantas ganas de vivir. Pero también encuentro tantas trabas. Al llegar a esta frase me da un poco de coraje por pertenecer a un circulo familiar inestable, y es que no puedo evitar ser el producto vivo del caos inestable.

A veces quisiera viajar y buscar nuevos aires, aunque más parece que quiero huir. Y en parte es cierto, quiero empezar desde cero, con mis propias manos. Valerme por mí mismo lidiando con mis propios problemas y resolviendolos, saber que sí puedo lidiar con el mundo y deshacerme de los fantasmas que me dicen ser inutil.

“Nunca nos bañamos dos veces en el mismo río”, Heráclito tenía razón, no somos ni estamos en el mismo lugar que ayer. Y en mi caso, lo siento tan cierto. Soy un gitano que va avanzando en el desierto llevando sus recuerdos tatuados en la piel, y con nostalgia o risas los va viendo cada vez que se mira en su reflejo en el agua.

No me siento solo, aunque lo pueda estar. Sé que en mi camino siempre habrá alguien a quien saludar y poder reir un rato, y los llevo en mi corazón.